PAPELETAS, TENSIÓN Y ENGAÑOS

4 de noviembre de 2020

Elecciones de Estados Unidos. VFS.

La noche americana avanza con lentitud al otro lado del Atlántico. Mientras, España ya está sumida en la madrugada. Pero nadie parece dormir. “Móvil debajo de la almohada y hasta que se aguante”, comenta un periodista en Twitter. Letras, fotos e infografías bailan en las portadas de los periódicos. La radio enciende la luz roja. Está en el aire. En la televisión un “prevenidos” inicia las coberturas especiales.

“Primeros recuentos de votos en los colegios electorales de Estados Unidos”, anuncia Xabier Fortes en un plató blanco, rojo y azul. Las agujas del reloj apuntan a la 1.15 horas. Donald Trump empieza con ventaja, aunque queda la noche entera por delante. Danmar Nuila, una joven estadounidense, traslada la atmósfera que rodea California: “Hay mucha ansiedad e incertidumbre por lo que pueda pasar”.

Aún es pronto para saber quién ganará la partida. Los corresponsales recomiendan paciencia. Todos tienen cara de póker. “No esperen que tengamos prisa por dar resultados, por dar recuentos, por lanzar proyecciones, porque no lo vamos a hacer. Estas son unas elecciones especiales”, recalca el periodista Lorenzo Milá con gestos rotundos. Tiene razón. Esta cita es histórica.

La pandemia ha provocado un tsunami de votos anticipados: 102 millones. Uno de ellos es el de Nuila. Su papeleta llegó a las urnas dos jornadas antes del día de las elecciones. Fue su primera vez votando en persona. Quería tener la experiencia de echar su decisión dentro de una caja. “Sentía que así sería más efectivo que por correo”, confiesa. Ahora el resultado le tiene en vilo: “Es una de las elecciones más esperadas e importantes de seguir”.

El escrutinio es lento. Se dilata. A la 1.31 horas Trump está a la cabeza en la carrera por Florida. La competición es reñida. Cuatro minutos después, Joe Biden acelera y le ultrapasa quemando rueda. En otros estados el circuito se acerca a la recta final. A las 2.06 horas el mapa ya es bicolor. El republicano tiñe de rojo a Kentucky, Virginia Occidental, Carolina del Sur, Alabama, Misisipi, Tennessee y Oklahoma. El demócrata colorea de azul a Vermont, Virginia, Delaware, Connecticut, Illinois, Maryland, Massachusetts, Nueva Jersey, y Rhode Island.

La carrera en Florida sigue acumulando vueltas. Es casi la Fórmula 1. Donald Trump pisa fuerte y se pone por delante. El 90% de los votos de esta estado ya está escrutado. La tensión se respira en las cuatro puntas del globo. En Massachusetts, los empleados de Tremezzo Ristorante intentan amenizar la espera. Sus manos sostienen bebidas de diferentes colores y sabores. Sorben, charlan y miran a la televisión colgada en una de las paredes.

 –Espero que Trump pierda –pronuncia la ayudante de cocina Amanda María Teixeira como si fuera una oración. Su teléfono marca las 21.30 horas. Entretanto, en España la madrugada está lejos de despedirse. Al igual que el recuento de votos.

Los punteros del reloj giran sosegados pero imparables. A las 6.40 horas el coche de Donald Trump llega a la meta en el “estado soleado”. Florida es suya. Las miradas ahora se dirigen a la “muralla azul”: Pensilvania, Michigan y Wisconsin.

Ocho minutos después, Joe Biden aparece enfundado en un traje azul marino. “Sabíamos que esto iba a ser largo”, asevera. Y es cierto. La contienda está siendo pausada, difícil y muy disputada. El candidato demócrata pide paciencia, pero Trump no para. El republicano saca una de sus armas preferidas: las redes sociales. “Estamos a lo grande, pero están tratando de robar las elecciones. Nunca les dejaremos hacerlo”, publica en Twitter. Más rápido que un pestañeo, la red social lo marca como “posiblemente engañoso”.

El sol empieza a quemar sobre los paisajes españoles. Los bostezos se asoman y los párpados quieren irse a dormir. En la televisión, en la radio y en los periódicos siguen informando. De repente, Donald Trump lanza otra bomba: “Esto es un fraude para el pueblo estadounidense. Estábamos preparándonos para ganar estas elecciones y sinceramente creo que hemos ganado”. Flanqueado por las banderas de su país, se da por vencedor. Pero aún quedan muchos votos por escrutar.  

La “muralla azul” permanece abierta. El recuento en Wisconsin, Michigan y Pensilvania sigue en proceso y será decisivo. Trump y Biden abren fuego en las redes sociales. “Anoche estaba liderando en muchos estados claves. Luego, uno por uno, comenzaron a desaparecer mágicamente”, lanza el republicano. “No descansaremos hasta que se cuente el voto de todos, replica el demócrata. Las elecciones del despacho oval parecen no tener fin. Y todavía queda la pregunta más importante por responder: ¿Quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca?

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