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Amparo de la Gama y David Jiménez este miércoles en San Pedro Alcántara. VFS. |
–Me
dolía un poco el trasero de la patada que me dieron –confiesa entre risas el
director de El Mundo que menos ha durado.
Resuenan
palabras agridulces en Trapiche de Guadaiza. Un eterno reportero pronuncia
verdades. Unas punzantes, otras edulcoradas. Entre cuatro paredes con historia
cuenta la suya. Airea sus propias miserias antes de mirar hacia fuera. Rodeado por
cortinas color carbón, taconea sobre las tablas del periodismo. “Hoy en día
está más corrompido que la política”, suspira.
Cuando se fue a Asia el poder temía a la prensa, y cuando volvió a España era la prensa la que temía al poder. David Jiménez dejó los frentes para ponerse al frente de un gran diario. Recién salido del barro para ocupar un despacho. El Despacho. Pero el portero ni siquiera quería dejarle entrar, aunque sí le dejó salir. Se enorgullece: “Echan a los que resisten”.